
PISA evaluó la alfabetización científica como área prioritaria por primera vez en el año 2006 (los resultados se dieron a conocer al público en diciembre de 2007). Ello obligó, previamente, a realizar una interpretación mucho más amplia de las competencias a evaluar en ciencias, así como a hacer una descripción más detallada de la alfabetización científica.
La definición de alfabetización científica de PISA 2006 parte de aquello que los estudiantes de 15 años deben conocer, valorar y ser capaces de hacer para enfrentarse a situaciones de la vida real en el mundo actual y futuro. Un aspecto clave de esta alfabetización científica son determinadas capacidades propias de la ciencia y de la investigación científica. Las competencias de los estudiantes para poner en práctica tales capacidades dependen, por un lado, de sus conocimientos científicos sobre el mundo natural y acerca de la propia ciencia, y, por otra, de las actitudes que muestran hacia los temas científicos.
En definitiva, PISA 2006 evaluó aspectos cognitivos y afectivos de la alfabetización científica de los estudiantes de 15 años. Los aspectos cognitivos se refieren a los conocimientos a los que han de recurrir los estudiantes y a su capacidad para usarlos del modo más adecuado posible en determinados procesos cognitivos propios de la ciencia y de las investigaciones científicas. Además, se prestó una particular atención a aquellos temas en los que el conocimiento científico puede contribuir más a la implicación del alumnado en los procesos de toma de decisiones en situaciones con relevancia personal, social o mundial.
Por último, es necesario resaltar que el marco teórico correspondiente al área científica de la evaluación PISA 2006 está en sintonía con muchas de las principales y más recientes aportaciones de la investigación internacional en didáctica de las ciencias, tales como:
(i) Orientación hacia una alfabetización científica más centrada en competencias frente a una enseñanza basada en hechos y conceptos científicos sobre todo.
(ii) Inclusión explícita de contenidos sobre el conocimiento acerca de la naturaleza de la ciencia y las relaciones mutuas entre ciencia y tecnología.
(iii) Preferencia por los contextos relevantes de la vida real frente a los de carácter más académico.
(iv) Selección de conceptos científicos en función de su utilidad para afrontar situaciones de la vida actual y futura.
(v) Potenciación de una educación para la participación en la sociedad, basada en la adopción y comunicación de decisiones razonadas y suficientemente documentadas respecto a asuntos científicos y tecnológicos con interés personal, cultural, profesional y social.
(vi) Importancia concedida a la educación de actitudes relacionadas con la ciencia y la tecnología.
Autor
José Antonio Acevedo Díaz
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